En la producción de biocombustibles,
si tomamos como esta tentativa de solución para nuestros problemas energéticos
están siendo controlados a través de la propiedad o del arrendamiento de
tierras que producen las materias primas y/o con la propiedad intelectual (procesos propietarios de destilación,
microbios patentados que convierten substancias en azúcares, etc.); el punto
es, que los gobiernos crean más problemas, no importa que los biocombustibles
proporcionen un bajo retorno energético sobre la inversión, el agotamiento de
los suelos fértiles, la contaminación y la energía; lo que importa es que los gobiernos
pueden hacer mucho dinero. En relación con la preservación ambiental cualquier
camino efectivo que lleve a una reducción del consumo de energía no renovable
choca con la misma dificultad: la disminución de la ganancia o de los lucros
extraordinarios, lo que negaría la esencia del
libre mercado.
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